lunes, 18 de junio de 2012


CONFÍA EN TU ALFARERO













esta mañana mientras revisaba que articulo de una página de internet donde puedo leer artículos cristianos, vi la imagen de unas manos moldeando una vasija, este articulo hablaba sobre el famoso alfarero, como el tomo esa vasija rota y la moldeo de nuevo con dedicación y amor, para formar una totalmente renovada, esto me hizo pensar, así como e alfarero toma esa vasija, sabemos que Dios nos toma a nosotros y también hace lo mismo, la vasija es inerte, no siente, no le duele, que la expongan al calor, que hagan muchos proceso para llegar a la perfección, pero nosotros somos humanos, poseemos una carne que si siente, si sufre los cambios y las remodelaciones, el proceso se siente, con esto no quiero quitar la esperanza sino hacer ver, que por esa misma razón de duele de que es sufrido, cuantas veces queremos desistir, nos queremos ir, y simplemente quedarnos a la mitad de renovados o no renovados, por el simple hecho de la cobardía de que no nos duela, de no enfrentar algo nuevo, y el miedo a no saber cómo quedaremos a que vendrá después, por no conocer el proceso porque si hay algo en lo que nos parecemos a la vasija es que no sabremos que pasara después que nos añadirán que nos quitaran como nos moldearan.
 aquí hay una clara muestra de desconfianza en Dios, solo porque vemos que una situación nos lastima queremos desistir y acabar con el hermoso proceso, recordemos que de lo vil y menospreciado se gloria Jehová, así que no creas que no eres digno, porque mientras más abajo estés más notoria será tu subida, o acaso se alegra mas el que tiene que subir 2 escalones y llega a la cima o el que tiene que subir 10 y llega a la cima?, que es más glorioso, por eso te invito a que confíes en Dios y descanses en su paz, deja que él te transforme, se humilde y permite que Dios te muestre lo que el quiere de una situación en tu vida para ti, los problemas no son castigos, sino circunstancias que sirven de prueba a nuestra fe, céntrate en hacer las cosas con amor, tírate en los brazos de Dios en la plenitud de su paz y amor y veras que aunque doloroso el proceso, ese gran alfarero formara de ti algo único y maravilloso que jamás en tu vida esperabas.

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